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¿Cómo financiar un emprendimiento?

¿Cómo financiar mi emprendimiento?

Emprender y formar tu propia empresa es un gran paso en la vida, y para darlo necesitás contar con opciones de financiamiento que te ayuden a arrancar. En BBVA te recomendamos 6 alternativas para financiar tu emprendimiento, y te damos algunos consejos que seguro te ayudarán.

1. Acreditá tus ventas con tarjeta de crédito

Uno de los aspectos más importantes al comenzar una empresa, es poder facturar lo antes posible. Para esto, lo ideal es ofrecer a tus clientes facilidades de pago como la tarjeta de crédito.

Acreditar tus ventas con tarjeta de crédito en una cuenta corriente BBVA te permitirá adelantar el cobro de tus ventas para obtener un flujo de caja positivo, tener tu Terminal POS bonificada por 18 meses y ofrecer promociones exclusivas a tus clientes. Es beneficioso para tu emprendimiento ya que ganás facilidades para tu negocio, recompensas por tus ventas y una plataforma para administrar todos tus movimientos desde un solo lugar.

2. Solicitá un crédito bancario

Los préstamos para emprendedores y Pymes son una excelente alternativa para iniciar tu empresa o hacerla crecer. 

Una buena opción son los microcréditos. Se trata de créditos de montos bajos para colaborar con emprendedores ya sea al arrancar con sus emprendimientos, o para incorporar distintas herramientas que mejoren su productividad.

En BBVA podés encontrar múltiples opciones de crédito a corto y largo plazo, dependiendo de las necesidades de tu empresa, ya sea para financiar tu capital de trabajo, el pago de sueldos u otras. Incluso, existe la opción de solicitar un crédito online y operarlo a través de BBVA Net Cash, a cualquier hora y desde cualquier lugar. 

No importa cuál sea el crédito que solicitás, siempre tené en cuenta las tasas de interés y evaluar tu capacidad de pago, para no generar más intereses ni aumentar tu deuda.

3. Conseguí “inversionistas mentores”

Los “inversionistas mentores” son personas que invierten su dinero en la fase inicial de compañías emergentes en las que ven alto potencial de crecimiento, ayudándolos con los niveles de riesgo y la falta de liquidez, a cambio de una participación en capital.

Su objetivo es, por un lado, obtener beneficio de su apuesta empresarial pero también, por otro, ayudar a los emprendedores a llevar al mercado su idea de negocio con éxito. El papel de estos inversionistas llega a ser determinante en el caso de muchos proyectos empresariales, ya que al involucrarse no solo aportan dinero, sino habitualmente cumplen un rol de mentor, poniendo al servicio de la empresa su experiencia, consejo, red de contactos y visión de negocios, lo que puede marcar la diferencia entre una idea y una compañía viable. Aunque no lo creas, corporaciones gigantes del nivel de Ford, Apple o Amazon, contaron con el apoyo de un “inversor mentor” en sus etapas iniciales.

La clave está en encontrar la instancia y manera adecuada para presentar tu empresa a potenciales inversionistas. Para esto existen concursos, portales de internet, iniciativas de fundaciones y programas especiales a los que debés estar atento.

4. Considerá un fondo de capital riesgo

Los fondos de capital riesgo son una fórmula de financiación muy utilizada por “startups” y empresas innovadoras que están experimentando un proceso de expansión para el que requieren de inversión. Estos fondos son gestionados por sociedades anónimas especializadas que invierten sus recursos financieros en las empresas, con el objetivo de vender su participación en un futuro y así, obtener beneficios. Muchos de ellos están formados exclusivamente por empresas de capital privado, pero también, por grandes empresas, bancos o la propia administración pública.

5. Inscribite en una aceleradora o incubadora de negocios

Muchas veces, definir el modelo de negocios o elaborar una estrategia de ventas es la primera piedra en el camino para un emprendedor. Para ayudar a superar ese primer obstáculo, están las aceleradoras e incubadoras de negocios.

Este tipo de instituciones se encargan de acoger a una serie de negocios y acelerar su crecimiento, ayudándoles en su etapa inicial a configurar su modelo de negocio, su estrategia de captación de clientes y a captar financiación.

Las aceleradoras surgieron a raíz del gran interés del mundo empresarial público y privado en el mundo tecnológico y están destinadas a acelerar el desarrollo y crecimiento de “startups” en etapas avanzadas, mientras que las incubadoras las apoyan en su momento fundacional.

BBVA Momentum, el programa de apoyo al emprendimiento social de BBVA a nivel mundial, ofrece acompañamiento estratégico, mentoring, visibilidad, networking y funciona como puente entre emprendedores e inversores de impacto social, que estén interesados en financiar a las empresas participantes, para que éstas aumenten su impacto positivo y puedan beneficiar a un mayor número de personas. Y, por ello, es un buen ejemplo de lo que implica ser una aceleradora de “startups”.

6. Practicá el “bootsrapping”

Bootstrapping es una palabra inglesa que se utiliza para expresar la idea de “iniciar un negocio con pocos recursos” o “emprender únicamente con los medios que hay a tu alcance”. Va directamente ligado a la autofinanciación y autogestión, y contempla un conjunto de técnicas para desarrollar una idea y convertirla en negocio sin apenas recursos.

Bajo el término de bootstrapping hacemos referencia a la financiación de las actividades de un “startup” con sus propios ahorros y los ingresos generados con su facturación, en lugar de depender de financiación externa en forma de inversiones de capital o préstamos. Esta fórmula, requiere disminuir las expectativas a corto plazo e invertir todos los esfuerzos en conseguir ingresos lo antes posible para, posteriormente, revertirlos en el crecimiento del negocio.

El bootstrapping está pensado sobre todo para microemprendedores y pequeños equipos de trabajo llamados precisamente bootstrappers. Si te considerás uno de ellos, en BBVA te damos 4 consejos esenciales:

  • Comenzá a facturar lo antes posible. No importa si lo que empezás vendiendo no es el producto o servicio final de tu emprendimiento, lo importante es ir formando una cartera de clientes dispuestos a pagar, a los que más tarde podrás presentar nuevos productos o servicios. Un buen ejemplo, es aprovechar tus conocimientos y comenzar cobrando por servicios de consultoría.
  • Aprendé lo que no sabés. Un bootsrapper debe nutrirse de toda la información que pueda servirle. Hoy en día, es fácil encontrar cursos, tutoriales, entrenamientos y un sinfín de plataformas para adquirir conocimientos en marketing, finanzas, administración, recursos humanos, comunicación efectiva, diseño, redes sociales, programación, liderazgo y todo lo que podés imaginar. Online y offline y, lo mejor, ¡hasta pueden ser gratis!
  • Usá el marketing a tu favor. Hay mil formas de darte a conocer, y la gran mayoría no necesita grandes sumas de dinero para ser ejecutada. Probá los medios que creás que funcionan para tu producto o servicio, preguntate “¿dónde está mi público?” y no estés simplemente por estar.
  • Contá con ayuda. Los pasantes o trainees son una gran alternativa para sumar manos a tu “startup”. Ellos tienen el entusiasmo que necesitás, son muy colaborativos y tienen ganas de aprender, tanto como vos. Además, cuentan con ideas frescas y conocimientos actualizados.
  • Hacé crecer tus ingresos. No está demás decir que todas las ganancias que generás en la etapa inicial, tenés que guardarlas y hacerlas crecer, antes de arriesgarte en grandes inversiones. Para eso, contás con las cajas o cuentas de ahorro, que ofrecen una rentabilidad sostenida al dinero que deposites.

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