Flujo de caja: qué es y por qué es el pulso de tu negocio

Te contamos todo sobre este informe financiero para que conozcas la liquidez de tu negocio y tomes el control de tus decisiones.

¿Qué es el flujo de caja?

El flujo de caja o cash flow es un registro que muestra todo el dinero en efectivo que realmente entra y sale de tu negocio en un período de tiempo determinado. En otras palabras, es la diferencia entre lo que cobrás y lo que pagás. Este parámetro es un importante indicador para la contabilidad de tu negocio, ya que te permite conocer tus rendimientos.

  • Ejemplos de ingresos (entradas de dinero): las ventas que cobrás, el pago de un cliente que te debía, un aporte de capital o un préstamo que recibiste.
  • Ejemplos de egresos (salidas de dinero): el pago a proveedores, los sueldos, el alquiler, las facturas de servicios o el pago de impuestos.

Hay dos conceptos relacionados que tenés que conocer para planificar y tomar mejores decisiones:

  1. Flujo de caja proyectado: Este flujo no mira el pasado, sino el futuro. Su propósito es anticipar los ingresos y gastos que tendrás para que puedas prepararte y administrar los plazos de tus cuentas. Evaluar el flujo de caja proyectado es esencial para no ser tomado por sorpresa.
  2. Flujo de caja libre o Free Cash Flow: Este es, quizás, el número más importante para un inversor, ya que es el resultado del flujo de caja operativo menos los gastos en bienes de capital (maquinaria, equipos, etc.). En resumen: es el dinero que realmente le queda a la empresa para crecer, pagar deudas o mantener la estabilidad en épocas difíciles.

Importante: El flujo de caja no es lo mismo que la ganancia. Este es un punto clave, ya que podés tener un mes con muchísimas ventas y que tu negocio sea rentable, pero si tus clientes te pagan a 60 días y vos tenés que pagar a tus proveedores en 30, podrías quedarte sin efectivo para operar. Dicho de otra forma, sin dinero líquido para cumplir con los pagos, una empresa no puede operar, por más ganancias que muestren sus balances.

  • Ganancia (o rentabilidad): es un cálculo contable (Ingresos - Gastos) que muestra si tu negocio es viable a largo plazo.
  • Flujo de caja: se enfoca en la liquidez real y disponible. Muestra si tu negocio puede sobrevivir en el corto plazo.

Los 3 tipos de flujo de caja

  • Flujo de Caja Operativo (FCO): es el dinero que entra y sale por tu actividad comercial principal e incluye ingresos por ventas y gastos esenciales para el funcionamiento (pago a proveedores, sueldos, etc.). Es el indicador más importante de la salud de tu negocio.
  • Flujo de Caja de Inversión (FCI): son los ingresos y gastos relacionados con inversiones, como la compra o venta de maquinaria, vehículos o propiedades. Un número negativo acá suele ser una buena señal, ya que significa que estás invirtiendo para crecer.
  • Flujo de Caja Financiero (FCF): refleja el dinero que se mueve entre tu empresa, sus inversores y acreedores. Incluye la entrada de dinero por préstamos o emisión de acciones, y la salida por pago de deudas o de dividendos a los socios.

¿Para qué sirve el flujo de caja? El mapa de tu salud financiera

Un flujo de caja ordenado te va a indicar de un modo bastante fiable la liquidez de tu negocio, ya que te permite conocer la capacidad de tu empresa para generar dinero y saber qué tan solvente es. Con esta información, podés tomar el control y anticiparte a cualquier situación. Un buen manejo del flujo de caja te permite:

  • Saber si podés afrontar tus gastos, desde comprar materiales hasta pagar deudas en su fecha de vencimiento.
  • Tomar decisiones de inversión: ¿es un buen momento para comprar esa maquinaria nueva? El flujo de caja te da la respuesta.
  • Decidir si necesitás financiamiento para anticipar futuros déficits de dinero.
  • Planificar a futuro: si tenés un excedente (superávit), podés decidir si lo reinvertís, lo ahorrás o lo usás para pagar deudas.
  • Generar confianza: un flujo de caja positivo y bien administrado es tu mejor carta de presentación ante bancos e inversores.

Cómo hacer un flujo de caja en 5 pasos

No necesitás ser especialista en finanzas para empezar; lo más importante es el orden. Para elaborar un flujo de caja profesional, solo tenés que seguir estos 5 pasos:

  1. Contá con tu información contable: necesitás tener a mano los datos de tu saldo inicial. Este es tu punto de partida.
  2. Definí el período que vas a analizar: puede ser una semana, una quincena o, lo más común, un mes.
  3. Registrá todos los ingresos de ese período: anotá cada peso que efectivamente entró a tu caja o a tu cuenta bancaria.
  4. Registrá todos los egresos del período: de la misma manera, registrá todas las salidas de dinero.
  5. Calculá el resultado: la diferencia entre los ingresos y los egresos, sumada a tu saldo inicial, te dará el saldo final del período.

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¿Qué información debe tener tu planilla de flujo de caja?

Para que sea útil, tu registro debe incluir, como mínimo, los siguientes conceptos:

  • Saldo inicial: es el dinero con el que arrancás el período.
  • Ingresos (entradas):
    1) Ventas al contado.
    2) Cobros a deudores.
    3) Préstamos o aportes.
    4) Otros ingresos (alquileres, intereses, etc.).
  • Egresos (salidas):
    1) Compras al contado.
    2) Pago a proveedores.
    3) Gastos fijos y variables (sueldos, alquiler, servicios, etc.).
    4) Pago de impuestos.
    5) Pago de deudas.
  • Saldo final: es la diferencia entre tus ingresos y egresos totales. Este será tu saldo inicial para el próximo período.
     

Cómo interpretar y mejorar los resultados

Una vez que tenés los números, llega el momento de actuar. El resultado de tu flujo de caja es una herramienta para anticiparte a los hechos y tomar el control, ya que entenderlo te permite dejar de ser alguien que apaga incendios y pasar a ser una persona estratégica que construye una pyme sólida y con futuro.

Si tu saldo es positivo: superávit. ¡Felicitaciones! Tenés más ingresos que egresos. Ahora podés usar esos recursos de forma inteligente:

  • Pagá deudas: adelantar pagos puede reducir los intereses a largo plazo.
  • Invertí en tu negocio: es el momento ideal para renovar equipos o invertir en marketing.
  • Creá un fondo de emergencia para cubrir posibles déficits en el futuro.
  • Aprovechá descuentos por pronto pago que ofrezcan tus proveedores.

Si tu saldo es negativo: déficit. No te preocupes, es una situación común. Lo importante es detectarlo a tiempo para poder actuar:

  • Buscá financiamiento a corto plazo: herramientas como el descuento de cheques te pueden ayudar a conseguir liquidez inmediata.
  • Incentivá los cobros: ofrecé pequeños descuentos por pago adelantado a tus clientes.
  • Negociá con tus proveedores para establecer fechas de pago que se ajusten a tus períodos de mayores ingresos.
  • Lanzá promociones para generar entradas de efectivo rápidas.

Si tu saldo es cero, estás en un punto de equilibrio, pero sin margen de maniobra. Es una buena oportunidad para aplicar estrategias preventivas y generar un pequeño colchón de liquidez.
 

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FAQs

¿Qué es el flujo de caja y para qué sirve?

El flujo de caja es el movimiento de dinero que entra y sale de tu negocio. Sirve para medir tu liquidez, es decir, tu capacidad real para pagar gastos, y es fundamental para tomar decisiones financieras inteligentes.

¿Cómo se calcula el flujo de caja?

La forma más simple es restar los egresos totales de los ingresos totales en un período. Al resultado se le suma el saldo de caja que tenías al inicio.

¿Qué indica un flujo de caja positivo?

Indica que tus ingresos de efectivo fueron mayores que tus gastos. Es una señal de buena salud financiera y significa que tenés recursos para pagar deudas, reinvertir o ahorrar.

¿Qué es el flujo de caja proyectado?

Es una estimación de los futuros ingresos y egresos de tu negocio. Se utiliza para planificar y anticipar posibles faltantes o excedentes de dinero.

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